LUZ DE PAZ
Erase una vez una luz que quiso ser artista y plasmarse en un lienzo con la sensación de paz perfecta. Muchos fueron los lienzos que quisieron ir a la convocatoria, era una obra de gran belleza pero, finalmente, la luz escogió sólo dos a los que realmente complacieron.
La primera obra mostraba un paisaje de abundante vegetación con una fuente que reflejaban las plácidas montañas envueltas en historias y un cielo de azul intenso sin nubes. La otra elección era radicalmente diferente. Aunque también reproducía un paisaje de la sierra, éstas eran abruptas y secas. Sobre ella caía una tormenta que descargaba rayos, truenos, rompía la tierra con un torrente de agua y hacía saltar las piedras.
Nada hacía pensar que las pinturas transmitían paz, pero afinando la mirada, la luz había observado que, tras la tormenta, crecía una semilla, en unas de las grieta se había apozado una pájaro que descansaba plácidamente bajo una hoja, ajeno al ruido.
La luz, escogió la segunda obra y explicó su elección: A pesar de que los problemas o ruidos suenan al rededor, la Paz es permanecer en calma y disfrutar de la belleza de la vida.
Fuentes
Imagen y óleo de Silvia Caro.
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